
Me acompañó durante toda la vida. De niña, con sus espectáculos en el San Martín, sus poesías, sus canciones. Que junto a mis hermanas representábamos una y otra vez en funciones de teatro caseras. Y que nuestros padres aplaudían y festejaban.
Su colección de libros fue un tesoro que me acompañó a México en 1976. Vuelta al país, y estando detenida, sus canciones me permitieron comunicarme con mi hija de apenas dos años, a través del vidrio del locutorio de la cárcel de Devoto. En cada visita aquella poesía con música estuvo presente.
Años más tarde, mucho más tarde, como ilustradora de libros para chicos, tuve la enorme alegría de ponerle dibujos a algunos de sus poemas.
No puedo parar de llorar. Y agradecer haber compartido este tiempo de vida con ella. Y agradecerle.
Gracias María Elena.
Muy lindo el comentario, y claro, todos los que crecimos con ella la lloramos hoy.
ResponderEliminarEste dibujo es muy lindo. Ideal para lo que sentimos por María Elena. Divino. Gracias.
ResponderEliminarqué homenaje más bello a María elena W. felicitaciones! mónica
ResponderEliminar